Día 2


Me desperté a las 6:30 am a las 7:15 estaba desayunando, no había muchas personas en el hotel, las mesas son 8 y sólo estaban ocupadas 4, así que desayuné tranquilamente, y salí nuevamente hacia el Parque Nacional para tomar el paseo náutico, ése era mi objetivo del día. Preparé el dinero del transporte, y llevé mi boleto que había sellado previamente para el descuento de la entrada al parque, y por supuesto mi tarjeta de crédito para pagar los 1200 pesos argentinos del paseo, igual parecerá caro pero creo que la experiencia lo vale y si no lo hacía me iba a arrepentir toda la vida, no creo que vuelva a las Cataratas en mi vida.

Primero tenía que hacer un cambio de divisas, como dije al principio no hay muchas casas de cambio, en esta ocasión yo cambié dólares a pesos argentinos. Ya con esto pude irme al parque y tener para la comida del día. Me subí al camión e iba casi lleno, era domingo supongo que por eso había mucha gente, la mayoría era extranjero, algunas personas llevaban el uniforme del parque, así que no hay pierde. Pagué 250 pesos argentinos la entrada, fui a la caja de la empresa que hace los paseos en el interior del parque (de hecho es la única empresa) y pregunté por el paseo La Gran Aventura, la chica dijo que tenía que comprarlo en el interior del parque, me dirigí a las cajas y me responde el señor que atiende que no hay cupo, debía reservarlo el día anterior.

Me sentí un desilusionada, prácticamente soñaba antes del viaje con hacer el recorrido, no era posible que pasara eso justo cuando deseaba tanto ese momento. Vi el mapa del parque y casi en el centro están otra caja de la empresa, así que caminé hasta ahí, nuevamente pregunté por el paseo la chica que me atendió fue más accesible, preguntó cuántas personas respondí que sólo yo. Y me pidió un momento, al regresar me comentó que tenía 1 boleto para el paseo de las 14 hrs. sin dudarlo lo acepté y pagué con la tarjeta, no pasó en su terminal, así que me mandó con su compañero y ahí si pasó la autorización.
Fui feliz nuevamente, y me dediqué a pasear por el circuito inferior ya que si iba al superior llevaba más tiempo, eran cerca de las 11:00 am, ahora sólo tenía que esperar 180 minutos. Hacía mucho calor, no había ni una sola nube en el cielo, recorrí el sendero hasta las Cataratas Gemelas, fui a tomar agua, volví a caminar y tomar fotos o vídeos, en algunas partes no había gente, fui a comer una hamburguesa, compré un impermeable y estaba lista para el paseo.

Llegué al lugar poco antes de las 14 horas, ya había más personas, llegó el camión sin techo que nos llevaría al embarcadero, es un traslado corto, alrededor de 25 minutos, mientras el guía te va comentando datos del parque, la flora, la fauna y algún otro sitio para visitar en Iguazú como la Casa del Colibrí (es una señora que le gustan mucho estas pequeñas aves, su casa se volvió un sitio turístico, ya que tiene bebederos para los chupamirtos). Durante el viaje al embarcadero vi muchas mariposas, de diferente especie, nunca había visto tantas mariposas, fue lindo espectáculo.

Bajamos del camión y descendimos dicen 150 escaleras, no las conté porque estaban un poco empinadas así que mejor concentrarse en la bajada a otra cosa, llegamos al embarcadero y nos pusimos los chalecos salvavidas, bajamos otras escaleras para abordar el bote e iniciar así alrededor de 20 minutos llenos de emoción.

El estar debajo de la catarata es impresionante, ver la caída desde abajo, es una sensación indescriptible, el agua fría cae tan estrepitosamente, con tal energía que igualmente te llena de fuerza, obvio terminas super empapado, gritas, te emocionas, lloras, ríes nuevamente pero créanme que es una de las mejores vivencias que he tenido.

No quieres que termine el paseo y deseas pasar dos, tres hasta cuatro veces debajo de la cascada, pero el tiempo terminó y es hora de regresar al embarcadero. Realizamos el recorrido de subir las escaleras, dejar los chalecos salvavidas, esperar al camión que nos llevaría a las oficinas centrales donde salimos, todos mojados, escurriendo de pies a cabeza, pero con la alegría de haber estado dentro de la catarata.

Regresé al hotel para quitarme aún lo húmedo de la ropa y salí a dar un ligero paseo, así como pensar en la jornada del día siguiente.

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