Experiencias de Gomi en el Perrotón Dog Chow 2014

Todo comenzó porque estaba leyendo Twitter y en una de las cuentas que sigo decía su tuit: Inscríbete al Perrotón Dog Chow 2014. Le di clic al link y comencé a leer la información, se llevaría a cabo el 7 de diciembre en el Infield del Hipódromo de las Américas, no hay inscripción y como donación serían mínimo 2 kilos de cualquier producto de Dog Chow. Entonces consulté con mi hermano si inscribíamos a Gomita y estuvo de acuerdo, así que obtuve el número 10875 (sólo abrieron 11 mil números) y eso que la convocatoria tenía poco más de 2 días abierta.

El primer paso era llevarlo a la consulta con los veterinarios autorizados por el Perrotón, estuve revisando las direcciones de los centros más cercanos y vi que estaba uno como a 2 colonias de la casa. Sin embargo, cuando fui al mercado vi que en una veterinaria tenía la manta que lo acreditaba para realizar la revisión del Perrotón, así que ya teníamos uno de los puntos resueltos.

Un domingo antes del Perrotón mi hermano llevó a Gomi con la veterinaria, había otras 2 personas con sus perritos por la misma razón, cuando revisaron a mi pequeño Gomita notaron que es algo nervioso, que tiene el carácter fuerte y está consentido, que si aguantaba correr 3 kilómetros ya que su corazón se escucha bien y está en buen estado de salud.

Para la donación, le pedí a mi papá que comprara el paquete de croquetas, costaron menos de 100 pesos. Ya tenía el segundo paso.

El sábado previo al perrotón, fui por el kit y a entregar la donación hasta el Hipódromo de las Américas a eso de las 11:30 hrs, me bajé en el metro Tacuba y de ahí luego de perderme un poco en el mercado que está justo afuera de la estación y preguntarle a una señora embarazada donde estaba la ruta, por fin di con la ruta que en su anuncio tenía: Defensa, Especialidades Médicas, Legaria. Le pregunté al “checador” si pasaba por el Hipódromo y respondió que sí, de cualquier forma al chofer del microbús le volví a preguntar lo mismo, respondió igual.

Me subí y me ubiqué en el segundo asiento a lado de un señor de la tercera edad, vi discretamente que tipo de personas estaban y con quienes compartiría el viaje por unos minutos, de pronto vi  a una chica como de unos 25 años que subió y se sentó de mi lado derecho junto a la ventana también llevaba su paquete de 2 kilos de croquetas Dog Chow, sentí un poco de alivio, al menos no estaba mal en la ruta, y si estaba mal ya seríamos 2. Arrancó el microbús y luego de pasar por unas calles algo estrechas y en mal estado, tomó la avenida Legaria, que estaba dividida por un camellón, pasamos como 4 o 5 glorietas pequeñas, luego de unos 20 minutos escuché que la chica le preguntó a la persona de junto si faltaba poco para el Hipódromo, la persona asintió con la cabeza. Me bajaré con la chica, pensé; además ya había visto en Google maps cómo era el Hipódromo (al cual nunca había ido antes), bajé después de un puente peatonal y si se veía a varias personas caminando por la avenida Industria Militar con sus bolsas de croquetas, los seguí y entré por el estacionamiento, también estaban entrando coches o camionetas con perros, vi otras personas que llevaban a sus mascotas caminando o bajando de taxis.

Ya dentro del estacionamiento, había unas personas que nos indicaron dónde estaban entregando el kit y unas flechas verdes que indicaban también el camino, subí 2 niveles por las escaleras, y se escuchaba como ladraban los perros, había dálmatas, chihuahueños, perritos salchichas, pomerania, entre otras razas más, cuando vi como era el Hipódromo se me hizo bonito, pero si olía a caballo, llegué a las carpas y revisaron las hojas del registro y vieron que tenían el sello de la revisión de la veterinaria. Me dieron un sobre, el cual entregué a otras personas para que me dieran una bolsa con un folleto, después pasé a otra carpa donde entregaban la playera, la situación fue graciosa porque lo primero que pedí fue la talla mediana y la chica que las entregaba me dijo abriendo una playera: Esta es talla extrachica, si te queda. A lo que pregunté: ¿No tienes mediana? Y me dijo: Esta es chica, si te queda. E insistí nuevamente: ¿No tienes talla mediana? Y ya por fin caminó un poco más y me dio  la mediana junto a la chamarra también talla mediana (ésa si hubiera sido chica, pero en fin). Tome algunas fotos y salí.

El domingo, me levanté a las 7:30 calenté un poco de leche y desayuné una rebanada de pizza, a Gomita le di croquetas pero no quiso, así lo subimos al coche y emprendimos el viaje. Gomita iba como siempre viendo por la ventana, luego se cansó y se hizo bolita como para dormir, poco después volvió a asomarse por la ventana. Cuando llegamos iba viendo a los perros que salían del Hipódromo (ya que la carrera de 5k fue a las 7:30 am y la carrera de 3 k había sido a las 9:00 am) y comenzó a llorar poquito.

Estacionamos el coche y cuando bajé a Gomita de inmediato comenzó a caminar rápido y me jalaba, subimos escaleras y por fin llegamos a donde había recogido el kit el día anterior, había muchísimas razas:  french poddle, salchichas, san Bernardo, xoloscuintle, pitbull, bull dog, pug, terrie yorkshire, labrador, husky, shchnauzer, cocker spaniel, etcétera, le pregunté a una pareja que se tenía que hacer pero dijeron que no sabían porque acababan de llegar.

De pronto en el escenario se anunció que iniciaba el calentamiento para la caminata e hicimos algunos ejercicios, Gomita estaba viendo todo, miraba a los perros, a las personas, me miraba, trataba de oler a los perros que pasaban junto a él, otros lo olían y se sentaba de inmediato.

No sé a qué hora comenzó la caminata porque no uso reloj, y el celular lo tenía en la bolsa que me había dado en el kit y la traía colgada en los hombros, al comenzar a caminar se levantó mucho polvo, casi no veía a las personas que estaban delante de nosotros como a una distancia de 15 metros, algunas personas se tapaban la boca, otras optaron por cargar a sus perritos chiquitos, yo solo le decía a Gomi: avanza. Ya cuando cruzamos la línea de salida, se hacía más grande el espacio y vi que estaba algo mojado el suelo, por lo que se hacía lodo en algunas partes. Olía más a heces de caballo y de perro, y Gomita comenzó a caminar y caminar más rápido hasta que me hizo correr para no jalarlo, hubo un tramo donde rebasamos a varias personas y perros, Gomita sólo volteaba de vez en cuando a ver a los que dejábamos atrás.

De repente, se detuvo Gomi y camino normal, hizo su bolitas y seguimos caminando no tan rápido, luego vio que un perro estaba caminando por el pasto y quiso hacer lo mismo, así que lo metí por el pastito y corrimos unos minutos, luego lo saqué a la “pista” y ahí se sentó ya no quería avanzar, le decía: Gomi ándale tenemos que caminar, ven pequeño. Pero mis palabras eran en vano, no me hacía caso y decidió echarse y ver como pasaban todas los perritos que momentos antes habíamos dejado atrás, una persona cuando me vio parada con Gomi me dijo: Uy ya se le acabo al gasolina.

Ya después se levantó Gomi y seguimos el camino hasta llegar a la meta, también ahí se hizo un relajo, porque no había muchas personas dando las medallas, ni muchas personas repartiendo agua, ni muchas personas entregando el kit de finalista, hicimos fila, hubo un momento que decían por altavoces que no nos detuviéramos que siguiéramos caminando, pero en verdad no se podía caminar de tanta gente esperando las cosas mencionadas. Nuevamente algunos dueños decidieron cargar a sus perritos, yo sólo caminaba y trataba de proteger a Gomi de otros perros más grandes y de personas que caminaban casi encima de uno.

Minutos después con más calma y tranquilidad, nos formamos para tomarnos las fotos con los muñecos de perros gigantes, le dimos agua a Gomi pero no quiso, entramos a la actividad de entrenamiento nos dieron algunas galletas y explicó poco el instructor poco sobre cómo darle órdenes a nuestras mascotas, pero Gomi no hizo caso porque junto a nosotros estaba una chica con su perrita y Gomi no dejaba de verla y querer olerla, la perrita se llama Perla y fue adoptaba de la calle, llevaba muy coqueta dos moñitos en sus orejas, por un momento la cansó Gomi porque si le gruñó, aunque mi perrito se hizo para atrás cuando Perla se enfureció, volvió al acoso. Sus dueñas amablemente dejaron que la oliera Gomi hasta que terminó la actividad.


Luego nos fuimos a formar en un concurso para ver que perro subía una “montaña” con su dueño, ahí competimos contra un cocker spaniel color miel que nos ganó, de ahí nos fuimos a tomar otras fotos a una casita de perro gigante, finalmente regresamos a la casa y Gomita muy cansado que durmió todo el trayecto de regreso y el resto del día. Fue una buena experiencia y que mejor que pasarla con mi pequeño Gomi a quien quiero mucho. A ver si el próximo año nos inscribimos a la carrera de 3k.





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