Viaje a Mérida Diciembre 2013


Antecedentes
En un principio quería viajar a Chiapas, conocer Palenque, Bonampak, las Cascadas de Agua Azul, las Lagunas de Montebello, el Cañón del Sumidero, San Cristóbal de las Casas entre otros lugares, por lo que inicié mi búsqueda de circuitos o paquetes con ese destino.
Pero una cosa que me vuelve paranoica (por decir una palabra) es el clima, entonces investigué acerca del clima en Chiapas durante Diciembre, leía foros, páginas y blogs al respecto. En uno pude leer y ver sus fotos que fue un viaje con frío, había neblina y las personas se veían muy tapadas, por lo que quité de la mira ese estado.
Entonces me entusiasmé con la idea de ir a Los Cabos, desde hace años quiero ir a esos lares, tener un avistamiento de ballenas a pesar de que no me agrada mucho la playa, así entré a Best Day y coticé unos días serían 4 porque también necesita uno descansar de los viajes. Pensaba en reservar una habitación de lujo con vista al mar, ya que podría ser la primera y única vez que estaría por el estado del norte, por lo que quería una buena experiencia.
Los días pasaban y no me decidía por algún hotel en Los Cabos, así que pensé que mejor a Cancún o Puerto Vallarta, para mi sorpresa, cada día que pasaba o ya no había habitaciones con vista al mar o ya no había lugar en los vuelos. Finalmente recurrí a la agencia donde trabaja mi hermano, vi los circuitos y me gustó el de Yucatán Express. Le pedí ayuda a mi hermanito, tuve la confirmación de reserva a finales de noviembre. Ya sólo faltaría esperar  la fecha: 22 de diciembre a las 8:15 am salía el avión.
Para mi infortunio, me comencé a sentir mal de la garganta el jueves en la tarde, así que saliendo del trabajo fui al médico, era una pequeña infección, me recetaron antibióticos y un desinflamatorio cada 8 horas. El viernes no me sentía muy bien, así que sólo fui mediodía al trabajo y regrese a la casa para descansar para estar bien el domingo que sería el gran día. Todavía me hacían faltan algunas compras para el viaje, el sábado que ya me sentía mejor salí a hacerlas.
Traté de dormir pero la emoción lo evitó en algunos momentos, así que estuve despertando durante la noche hasta las 5:15 que me levanté o mejor dicho me despertó mi hermano, ya que a las 6 am deberíamos salir al aeropuerto (con eso de que debes estar 2 horas antes en vuelos nacionales), me levanté, desayuné con mi hermano y mi papá, ya teníamos preparado todo: ropa, boletos, identificaciones, cupones, etcétera, así que a las 6:10 salimos de la casa con mi “querida maleta de los sueños” y una pequeña maleta de mano.
Tomamos taxi que nos cobró 20 pesos, nos bajamos en la puerta 6 y de ahí ubicamos a Interjet, que fue la aerolínea que nos dio la agencia. Documentamos mi maleta y nos dijeron que máximo a las 7:20 teníamos que estar en la sala de espera.
Caminamos un rato por las salas del aeropuerto, vimos por ejemplo que en Volaris había mucha gente, demasiada, en otras como Magnicharters y en VivaAerobus no había personas. Después de un rato fuimos a la primera revisión, sacar todos los objetos de metal y los electrónicos de su empaque y ponerlos en la charola, poner mi bolsa en la banda y pasar por los famosos detectores de metales. Estábamos en la sala de espera  como las 7 de la mañana, ahí estuvimos hasta las 8:10 que comenzaron a llamar para abordar el avión, primero las mujeres con niños pequeños y personas con alguna discapacidad, seguidos de las personas de la tercera edad y después el resto de las personas.
Afortunadamente nosotros éramos 3 y nos tocó juntos, así que mi papá quiso ir en la ventanilla, yo en medio y mi hermano en el corredor. Esta vez fue distinto el sentimiento que tuve cuando fui a Londres, no sentí incertidumbre de qué pasaría, ni miedo al despegue, me puse el cinturón de seguridad y  leí el folletito. Puse atención a la sobrecargo en la explicación de las salidas de emergencia, de cómo usar las máscaras en caso de despresurización y los chalecos anaranjados.


A la mitad del vuelo nos dieron la cortesía que consistió en café y una barrita de cereal con manzana verde que me gustó (o ¿ya tenía hambre?), traté de dormir pero no lo logré. Llegamos a Mérida casi eran las 10 de la mañana, pero yo llevaba ya 5 horas despierta.
El aeropuerto de Mérida es pequeño, limpio y con aire acondicionado, fui a recoger mi  maleta que si tardó un poco el salir y de ahí salimos, lo primero que vi fue mi nombre en un anuncio, me dirigí con el chico que sujetaba el anuncio y me dijo que nos llevaría al hotel, también iban 2 chicas ¿coreanas, japonesas o chinas? No sé de qué nacionalidad eran, pero seguramente eran de Asia. Al salir del aeropuerto sentí un ambiente muy cálido y sonreí, había dejado el clima frío del DF y comenzaban mis vacaciones oficialmente.
El Hotel Gran Real Yucatán no está muy lejos del aeropuerto hicimos como 20 minutos, no es muy grande pero es bonito y agradable, el check in es por la tarde, pero como ya teníamos la reserva nos comentó el señor de recepción que a las 12 del día podríamos ya entrar a la habitación, mientras dejamos las maletas en resguardo y salimos a caminar cerca del hotel a tomar las primeras fotos.

A las 12 hrs. regresamos al hotel y nos dieron los vales para la comida de ese día y los desayunos. La crema de zanahoria me encantó, nunca la había probado con un poco de crema y sinceramente sabía muy bien. De plato fuerte elegimos el Poc Chuc que es carne marinada en jugo de naranja y algunas especias, en esta ocasión la acompañaron con frijoles, arroz y cebollitas encurtidas. De postre fue pastel de 3 leches.

Poc Chuc
 A las 13:30 hrs. pasaron por nosotros para ir a Uxmal, fue como una hora de camino o casi dos, tenía sueño pero no pude conciliarlo, así que me puse a ver el paisaje, en realidad no había mucho que admirar, sólo árboles, matorrales, el sol y la autopista, la cuál es recta.
Llegamos a Uxmal alrededor de las 15:00 hrs. hice mi primer compra: un sombrero; y entramos a la zona arqueológica a conocer la Pirámide del Adivino que es una de las más conocidas junto a Kukulcán que días después conocería. La primera impresión es de asombro,ver la pirámide tan bella y eso que es la parte trasera, no se puede escalar, pero te explican la historia, para que servía y como subían a ella en sus años de esplendor.
Templo del Adivino
Seguimos caminando, le tomaba fotos y más fotos, de todos los ángulos posibles; llegamos al Cuadrángulo de las Monjas, sobra decir que es maravilloso, ver como realizaron los relieves, como jugaban con los números al construir dichas áreas, y como las ubicaban para estar el armonía con otras ciudades y la naturaleza. Otra sesión de fotos obligatoria.
También vimos los famosos arcos, el Juego de Pelota,  el Palacio del Gobernador, La Casa de las Tortugas, entre otras zonas.
Luego del paseo cerca de 2 horas, regresamos al punto de reunión para ser trasladados al restaurante que está como a 10 o 15 minutos de Uxmal, ahí comí Sopa de Lima,  Pollo a la pibil, agua de horchata y de postre arroz con leche.
Cuadrángulo de las Monjas
Cerca de las 19 hrs. volvimos a Uxmal para ver el espectáculo de luz y sonido, me sentía emocionada por estar en esa zona a esa hora de la noche, no está todo muy alumbrado así que este hecho le da un toque más hermoso al sitio y admirar las estrellas (tenía varios años que no veía estrellas en el cielo), en el Cuadrángulo de las Monjas ya estaban acomodadas unas sillas de plástico, nos sentamos y escuchamos la leyenda de Uxmal, Sac Nicté y la preparación de la boda, podría ser mejor el espectáculo, sin embargo, el ver iluminadas las pirámides de varios colores junto con la narración, es una experiencia única.
Regresamos al hotel alrededor de las 22 hrs. en lo personal estaba agotada. Al siguiente día iríamos a recorrer la ruta Puuc.


Sopa de Lima
Pollo Pibil

Uxmal de Noche

23 de Diciembre 2013
La cita era a las 9:00 en el lobby del hotel, justo a las 9 llegó un señor amable por cierto de nombre Saúl, él era nuestro guía ese día, nos dijo que pasaríamos por otra persona. Era una señora de nombre Margarita, ella venía de Costa Rica y era su último día en Mérida.
La ruta Puuc considera varios sitios arqueológicos, incluye Uxmal, pero en esta ocasión visitaríamos Sayil, X-Lapak, Labná y las Grutas de Loltún, en el tour no incluye Kabah. Son pequeños montículos con estructuras de palacios o edificios, donde la gente vivía, me sorprenden sus puertas porque son angostas y no tan altas, una persona actual con sobrepeso no cabría por ellas. Al llegar a las grutas de Loltún, el guía nos indica que estaremos con el grupo grande que ya está por iniciar el recorrido, tenía conocimiento de lo que son las grutas, porque había visitado las Grutas de Cacahuamilpa, sin embargo, al entrar a una especie de cueva siempre te impresiona.
Al comenzar el paseo, se sintió más calor, pero en la medida que íbamos descendiendo el ambiente fue más amigable, no tan húmedo y cálido. Nos contaron las historias, nos indicaron las figuras, vimos las estalagmitas y las estalactitas, los colores de las rocas, algunas zonas eran más rojizas, en otras aparecían manitas pintadas, escalamos unas piedras hasta llegar a una especie de cenote, aunque este ya está casi seco. El ver el agujero y la luz del exterior, así como oír el canto de los pájaros me llenó de felicidad.
Luego de la excursión, nos llevó el guía a comer, en el mismo restaurante del día anterior, para esta ocasión elegí sopa de lima, cochinita pibil, agua de horchata y natilla. Me pareció deliciosa la chochinita pibil.
Eran como las 6 de la tarde cuando regresamos al hotel, así que salimos a dar una vuelta por el centro, pude ver la Catedral de Mérida, un pequeño zócalo, el palacio de Gobierno y algunos museos que obviamente ya habían cerrado.

X-Lapak
Grutas de Loltún


Labná
Sayil

Paisaje
Cochinita Pibil

Catedral de noche

24 de Diciembre 2013 Visita a Chichén Iztá

La cita era a las 9:00 para salir rumbo a Chichén Iztá, bajamos como 10 minutos antes, eran las 9:30 y no aparecía el guía, que no sería el mismo del día anterior. También en el lobby estaba una familia con sus maletas, no eran mexicanos, ni tampoco venían de Estados Unidos o Londres, no hablaban inglés ni francés, yo pienso que eran de nacionalidad polaca o rusa.
A las 9:45 fui a la recepción del hotel para pedir un teléfono y comunicarme con la agencia de viajes, cuando le expliqué al señor, me comentó que ya había llamado de la agencia y que no tardarían en pasar. En efecto, cerca de las 10 am llegaron 2 personas quienes nombraron a la familia extranjera y a mí. Nos dirigieron al camión que ya estaba lleno, y emprendimos el viaje.
Para llegar al sitio arqueológico de Chichén Iztá, se toma la carretera 180, son 120 kilómetros, así que nos advirtieron los guías que haríamos cerca de 3 horas, perfectas para dormir pensé, pero no, fui viendo nuevamente el paisaje, mis fotografías, y escuchando música, el frío del aire acondicionado del camión me impidió dormir.
Tomé algunas fotos del paisaje, de los pequeños pueblos por los que pasamos, la carretera es recta también, pero es angosta, cuando pasaba un camión en sentido contrario al que íbamos, sentía que podíamos chocar, cosa que nunca sucedió afortunadamente.
Al llegar a Chichén Iztá, ves por todos lados camiones turísticos, los típicos locales de souvenirs, la taquilla con mucha gente formada, muchos turistas extranjeros, de hecho, en este tour volví a ver a las chicas coreanas o japonesas con las que compartimos el viaje al hotel recién llegamos a Mérida.
Como siempre había 2 guías, uno en español y otro en inglés, habiendo dividido al grupo en estos idiomas, por fin entramos, por el camino hay vendedores de artesanías, sombreros y playeras instalados, llegamos a la zona principal y no puedo explicar la satisfacción y emoción que sentí al estar viendo en vivo y a todo color una pirámide que es considerada una de las maravillas del mundo moderno: el Templo de Kukulcán.
Templo de Kukulcán
Luego de las obligatorias fotos y sin dejarme de maravillarme, fui a la explicación del guía, la verdad no le puse mucha tención por mirar y volver a mirar la pirámide, nos informó que iniciaríamos por la Cancha del Juego de Pelota y junto a ésta, se encuentra el Templo de los Jaguares, no sin antes mencionar que hay cabezas de serpiente en casi todas las edificaciones al inicio de las escalinatas.
En esta zona, hay muy buena acústica según pudimos apreciar al gritar de un extremo a otro, y al aplaudir cuando se escucharon perfectamente 7 repeticiones, algunos de los relieves se encuentran en buen estado, otros están siendo reconstruidos.
Otras zonas que me encantaron fueron el Templo de las Mil Columnas, no se puede subir pero ver al Chac Mool y escuchar la historia es fascinante, también está el Cenote Sagrado donde sacrificaban mujeres, y el Observatorio Astronómico.
Ahí terminó el tour con el guía, nosotros podíamos seguir por nuestra cuenta, tomar fotos o quedarnos en la explanada a descansar, a las 14:30 hrs. teníamos que estar en la puerta principal para ir a comer. Tomé algunos videos, compré una figurita de obsidiana, unas máscaras y unos llaveros.
Ya en el restaurante, como era buffet comí cochinita pibil, torta española muy rica con papa, huevo, queso y ejotes, un poco de arroz, agua de horchata y  de postre arroz con leche que no tenía muy buen sabor.
Terminando de comer, algunos de los viajantes tomarían camino hacia Cancún, y los que no continuaríamos hacia el cenote Ik Kil “El Lugar de los Vientos”, llegamos como en 15 minutos, no me pareció muy grande, sin embargo, es considerado como uno de los más grandes de la región, tiene 61 metros de diámetro y alcanza una profundidad de 43 metros. Lo que si es que tiene mucha vegetación y lianas, se tiene que pagar para entrar, como no sé nadar, no bajé más para ver el agua azul, muy bella y encantadora.
Alrededor de las 18 hrs emprendimos el viaje de regreso al hotel, llegamos como a las 21 hrs. muy contenta de haber estado en Chichén Itzá. El viaje casi llegaba a su fin, a la mañana siguiente sería un recorrido por la ciudad y el traslado al aeropuerto.

Observatorio Astronómico maya






Cenote Ik Kil
25 de Diciembre
El recorrido era a las 13:30 hrs. quería aprovechar la mañana para ir a playa Progreso, caminar una o dos horas, tomar fotos del  mar y regresar a la cita, pero mi papá no quiso ir con prisas, así que no hicimos muchas cosas, sólo preparar el equipaje ya que a las 16:45 nos llevarían al Aeropuerto. Desayuné hot cakes, sincronizadas, jugo de naranja y café, regresé al cuarto y comencé a organizar el equipaje, para eso ya eran cerca de las 12 hrs. pacientemente vi la televisión, vi un comercial de la empresa en la que trabajo, revisé mis fotos, fui a recepción a preguntar a qué hora era el check out, el cual era a las 13:00 hrs. pregunté si podía dejar mis maletas en recepción en lo que daba el tour por la ciudad, me dijeron que si.
Llegó la persona que nos daría el city tour, era un camioncito pequeño, no iba mucha gente, en total éramos como 12 personas, vi la catedral de día, los museos que había, las pequeñas parroquias, nos comentó que guía que Mérida es la segunda ciudad con más Iglesias en el país. También pasamos por un mercado de comida donde seguramente venderían los famosos panuchos o padzules que no probé en el viaje (sniff, sniff), más cochinita pibil (mmm qué rico) y su dichosa agua de chaya.
También observamos las mansiones estilo español, francés y árabe que hay en la parte lujosa de Mérida, vimos el Monumento a la Patria (yo quería una foto en ese monumento) ya que no hizo parada en esa avenida llamada Itzaes, también pasamos por el zoológico y vi una jirafa a lo lejos, el parque de la ciudad, una mansión con un cenote y regresamos al hotel a comer.
Pedí crema de zanahoria y  puntas de pollo con una coca-cola de lata, como ya había probado el pastel de 3 leches, ya no pedí postre.
Justo terminábamos de comer, cuando nos habló el señor de la recepción porque ya habían ido a recogernos para llevarnos al Aeropuerto, llegaron con anticipación de 30 minutos. Bueno, ya que, subimos el equipaje, me dieron una encuesta, la contesté casi todo con muy bien o excelente.
Internamente me despedí de la ciudad, me gustó estar en ese clima tan cálido, de todo lo que me había ofrecido, su gastronomía, sus zonas arqueológicas, sus paisajes, su cielo estrellado, sus calles limpias, su Catedral, de todo lo que vi, aprendí y disfruté, en pocas palabras fue un excelente viaje.


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