Y la temible plática llegó
El sábado pasado estaba desayunando
con mi papá y platicando acerca de la noticia donde una niña de nueve años de edad fue mamá
recientemente. Mi opinión es que los padres son los responsables, ya que debe
de haber comunicación entre los papás y los hijos; a lo que mi papá aseveró que
él nunca tuvo alguna plática de sexo con mi hermano y/o conmigo. Le comenté que
si bien él no había conversado con nosotros ese tema, mi mamá si tuvo esa
comunicación y nos informaba que tuviéramos cuidado al vivir nuestra sexualidad
tanto por las enfermedades de transmisión sexual como por los embarazos no
deseados.
De ahí le volví a insistir
que si uno de los dos (el papá o la mamá) no cumple con esa función de la buena
comunicación, debería de estar el otro atento al desarrollo integral de los
hijos, y bueno seguimos conversando que también habría que analizar si hay
otros factores por ejemplo, que no tengan papá y la mamá es la que mantiene a
la familia y son de bajos recursos, si no tienen educación, entre otros.
Y no sé cómo pero llegó la
plática de que mi papá quiere ver la película Amor, tiene curiosidad del filme.
Le comenté que no era buena idea verla porque es una historia triste aunque se
me hacía bueno el tema y de pronto surgió el otro tópico al cuál no quería llegar,
la fatal pregunta de cuándo me voy a casar.
Expresé que mi meta u objetivo de
vida no es casarme, me gusta estar así (lo anterior va ligado a mi último post) y no tengo esa “necesidad” en estos momentos ya que quiero hacer más
cosas por ejemplo, viajar, estudiar un diplomado o maestría, aprender otro
idioma, certificar el inglés, dar clases los fines de semana o salir
simplemente con mis amigos y amigas.
Mi papá se quedó incrédulo, me
vio y me dijo: “no es bueno porque si sigues así, morirás sola y eso es triste”,
a lo que respondí: “no me importa, moriré sola”.
Y fin de la plática, seguimos
desayunando. La idea quedó en mi mente por varias horas, y seguía yo misma
argumentando que no es necesario el casarme, y saber ¿por qué ese miedo de estar
sola de la gente?
Por una parte me gusta compartir
mis gustos, mis intereses, mis pasatiempos, mi música, mis libros, pero llega
un punto en el que yo sé que no soy buena compartiendo hábitos soy muy….¿como
decirlo? ¿Quisquillosa? Me fijo mucho en cosas sin importancia, y me desagrada
que no lo deje las cosas como las encuentran, es decir, si las dejan en otros
lugares o de una forma diferente a la que yo las dejé, y situaciones de esa índole.
No sé cómo podría compartir mis
manías con alguien y tener que aceptar las de la otra persona.
Recordé también una crítica de la
película Amor de Andrés Roemer en La Crónica, la cual leí en la semana y bien dice una parte del
texto: “Amour nos remite a la soledad más temible: Morimos solos. Podemos
compartir la vida al igual que podemos como compartir una buena comida, pero
finalmente el sistema digestivo es sólo nuestro.”
Hasta ahí el tema de hoy.
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