Fin de mi aventura europea!

Me desperté temprano el ultimo día en París y de mi tour, había quedado de verme en el lobby del hotel con Alba para desayunar y después dirigirnos al museo de Louvre, el más famoso y bello museo del mundo.

Salimos del hotel y como ya sabíamos el camino a la estación del RER Gentilly no nos tardamos mucho en llegar. Ya en la estación vimos a un chico y una chica que se encontraban en la taquilla, la chica hablaba francés y estaba con un policía preguntando algo. A mí se me ocurrió hablarle en inglés al chico, quien muy amable me ayudó a saber cómo comprar el boleto del metro.

Algo me preguntó Alba y el chico habló en español, para ese momento ya se había acercado la chica y nos dimos cuenta de que ellos eran mexicanos, fue una alegría para nosotras porque por fin encontrábamos a gente que nos entendía en español, y en lo personal me dio mucha alegría saber que eran especialmente de México. Ellos residen en Jalisco y era su primer día en Europa, también tenían planeado ir a otras ciudades como Londres, Bruselas, Amsterdam y Madrid, estarían casi un mes en el continente europeo.  También ellos estaban hospedados en el mismo hotel que nosotras, los invitamos a pasar el año nuevo en la Torre Eiffel, y sugerimos vernos en el lobby, sin embargo, ellos estarían todo el día fuera por lo que no era posible vernos por la tarde. Entonces nos sacamos una foto para recuerdo de nuestro encuentro.

Nos bajamos en la estación que está cerca del Museo de Louvre, y fuimos a comprar los boletos. Hay boletos como el que compramos nosotras en 9 euros es por un día, hay otros boletos que son válidos durante 3 días y hasta una semana. El museo es tan grande que para verlo completo puedes tardar hasta una semana. Son tres niveles y diferentes salas del arte, de hecho, es casi toda la historia del arte.

Cómo no teníamos tanto tiempo para visitar todo el museo, decidimos ir a ver las pinturas y esculturas más representativas como la Mona Lisa, el David, Afrodita, los sarcófagos egipcios, entre otras.

Salimos del museo después de tres horas, ya teníamos un poco de hambre por lo que salimos por la calle principal llamada Rivoli y caminamos y caminamos pasamos por las tiendas de grandes diseñadores, moda por doquier. Vimos el palacio de Gobierno y la embajada de Ecuador.

Seguimos caminando, hacía frio pero eso no impidió que disfrutáramos de las calles parisinas, entramos a una especie de lonchería y tomamos un refrigerio, ahí hicimos plática con una viejita quien hablaba español ya que era de Madrid pero llevaba años viviendo en París. Nos comentó como llegar a la estación del metro más cercana ya que nos habíamos retirado mucho del Museo de Louvre.

Entramos también a un centro comercial para realizar las últimas compras y gastarnos los pocos euros que nos quedaban. Para ése entonces eran casi las 5 de la tarde y ya estaba oscureciendo por lo que decidimos regresar al hotel. Luego de un recorrido de casi 1 hora llegamos y tomamos un café.

Nos despedimos, ya que yo debía regresar a México al siguiente día y Alba salía a las 7 de la mañana rumbo a Bruselas.

Preparé todo en mi maleta de los sueños, y me acosté queriendo regresar ya con mi papá y mi hermano porque ya necesitaba verlos.