Lo esencial es invisible a los ojos

Una vez definido el circuito, comencé a planear que lugares visitaría en cada ciudad, por ejemplo en Londres quería visitar el museo de Madame Tussauds, el London Eye, obviamente Picadilly Circus (una vez en la clase de inglés expuse sobre ese lugar), Hyde Park, entre otras atracciones, por lo que hice una lista. En París quería visitar además de la muy famosa Torre Eiffel y el maravilloso Museo de Louvre, estaba por visitar el castillo de Versalles, quería ver la Universidad Sorbona de París y creo que no tenía más lugares. En fin, me hacía ilusiones de cómo sería y que haría y casi aseguraba que cuando estuviera ahí tomaría unas cien fotos por día, daba click en la página de internet y veía los detalles del tour y me emocionaba como cuando fui al concierto de Robbie Williams, y eso que todavía no compraba el paquete, jejeje. El tiempo pasaba y   como me decía mi hermano: “no veía acción”, así que el primer paso fue sacar mi pasaporte, sin embargo, no tenía fotos así que ése fue mi gr

En ese entonces, me encontraba estudiando inglés en el CELE y miss Pilar (una de las excelentes maestras que he tenido a lo largo de todos mis estudios) siempre nos decía que si teníamos la oportunidad de viajar, lo hiciéramos porque sería buena experiencia y así practicaríamos el idioma. Otra maestra que tuve, muy joven por cierto, tuvo oportunidad de irse a Londres como asistente de profesor de Español, por lo que viajar a Europa me entusiasmaba más, igualmente otro amigo de inglés pudo ir a Londres y obviamente quise seguir su espíritu aventurero, aunque todavía no sabía cómo ni cuando. Como ya no quería ir a Canadá por la visa, comencé con la idea de ir a perfeccionar el inglés (el poco o mucho que sé) y visité páginas como Mundo Joven, IH entro otras, éstas son agencias que se dedican a ofrecer cursos de inglés en el extranjero, te colocan con alguna familia en cualquier país y a la vez te dan un curso ya sea intensivo o semi intensivo del idioma que elijas . De igual forma visité

Después de una pequeña pausa regreso para platicar acerca de uno propósito más cumplido, mientras retomo mis clases de jazz. Se trata de mi hermoso e increíble viaje a Londres y París en diciembre del 2010. Todo inició hace poco más de dos años cuando vi en la sección de Destinos del periódico El Universal -que acostumbramos leer en casa- los paquetes para Canadá. La cotización era en dólares canadienses por lo que la conversión a pesos no era tan cara y se me hizo accesible para mis escasos recursos financieros. Comencé a investigar en internet que requisitos necesitaba para visitar aquél país del norte, y me encantó la idea de ver en vivo y a todo color las cataratas del Niágara. Recorté varios anuncios de paquetes con ofertas de temporada e inicié mis ahorros. Tiempo más tarde, sucedió la explosión en la mina de Pasta de Conchos, Chihuahua que la verdad me hizo sentir mal por todos los trabajadores muertos y sus familias, ya que la pérdida de un ser querido es irreparable y muy d